Llevar a un familiar a una residencia de la tercera edad es una decisión muy difícil y puede estar acompañada de sentimientos de culpa, tristeza e incluso, de cierta sensación de impotencia. Además, la mala publicidad que han recibido algunas residencias de ancianos sobre todo durante la crisis del COVID-19, esta haciendo que los familiares que deben tomar esta decisión se sientan todavía peor.
Antes de decidirse por una residencia de mayores, también es aconsejable revisar otras posibilidades, por ejemplo, un centro de día o las viviendas asistidas, que ofrecen una combinación de vivienda, asistencia personalizada y atención médica. Estas instalaciones varían en tamaño, coste, servicios, ubicación y calidad.
Aquí hay ocho factores a considerar durante estas visitas
ATENCIÓN Y SERVICIOS. COMIDAS Y ACTIVIDADES
Es importante que el personal esté familiarizado con los problemas comunes derivados de la demencia. Pregunte qué tipo de programas se ofrecen a los residentes y cómo se desarrollan los planes de cuidado individual. Dé ejemplos concretos de lo que está viviendo en cuanto a comportamientos o desafíos en el cual se está encontrando, para descubrir qué respuestas le dan ante estas situaciones. Pida que le muestren el programa específico de atención para personas mayores que viven con demencia.
PERSONAL
Hable con los miembros del personal que trabajan directamente con los residentes para ver si son competentes, amigables y si están contentos con su trabajo. ¿La residencia de ancianos realiza verificaciones de antecedentes del personal? Observe cómo se trata a los residentes y si reciben ayuda cuando la solicitan. Tenga en cuenta si la persona que le ofrece un recorrido por la residencia conoce a los residentes por su nombre y si es reconocida por ellos. Además, reúnase con el director, con la responsable de enfermería o con el trabajador social, pida que le expliquen cuál es el equipo de profesionales que dispone la residencia, además, puede pedir el organigrama del mismo. Pregunte sobre cosas como la cantidad de personas a las que cuida cada asistente (ratio de personal) y cómo se atiende la instalación los fines de semana y por las noches. Averigüe si el personal ha recibido capacitación especial en el cuidado de personas con la enfermedad de Alzheimer.
Pregunte cuántas horas al día de enfermería disponen. ¿Las enfermeras y los auxiliares titulados trabajan siempre con los mismos residentes? ¿Hay un médico en el personal de la residencia?
Pregunte cuál es el procedimiento en caso de que un residente caiga enfermo: ¿Quién decide enviar a un residente al hospital, a qué hospital se le deriva?
PRECIOS
Asegúrese de que todos los precios estén claramente descritos y que usted los ha entendido antes de tomar una decisión. Pida el modelo de contrato que deberá firmar para asegurarse de que conoce todos los detalles: qué servicios entran, qué cuota abonará al mes, desde cuando empezará a computar, cómo finalizará, etc.
A nivel de familia, deberán abordar cómo se cubrirán los costes y si pagarlos creará una carga financiera para los miembros de la familia. Debido a que las normativas de dependencia y las subvenciones por parte de cada CCAA son distintas, le recomendamos que contacte con los servicios sociales de su comunidad, o la trabajadora social de su ayuntamiento, para informarse al respecto.
Algunas preguntas que le recomendamos hacer:
¿Tiene la residencia plazas públicas (concertadas, colaboradoras, Prestación Económica Vinculada (PEV))?
¿A través de la trabajadora social de la residencia se pueden pedir las ayudas de la ley de dependencia?
¿Qué sucede cuando finalmente el residente cause baja ¿se retornará alguna cantidad? ¿Cómo protege la residencia el dinero en efectivo y los bienes que se le confían? ¿Puede tener una cuenta corriente el residente?
¿Cómo se registran la retirada de efectivo para realizar un seguimiento de la cuenta?
¿Qué cargos son adicionales (por ejemplo, peluquería, podología, acompañamientos, suministros de cuidado personal, procedimientos especiales de enfermería)?
LIMPIEZA Y SEGURIDAD
Asegúrese de que la residencia de la tercera edad está limpia y sea segura, especialmente el baño. Tenga en cuenta si presenta olores desagradables, como el moho, la basura o la orina. Los olores que persisten en sucesivas visitas pueden indicar una inadecuada atención al residente o una mala limpieza. Asegúrese de que los baños tengan pasamanos y suelos antideslizantes, los muebles sean resistentes, las puertas al exterior estén seguras y las instalaciones protejan la seguridad de las personas que deambulan.
COMODIDAD
Pase un rato observando la vida cotidiana. Pregunte a los residentes y visitantes sus opiniones sobre la instalación y su personal. ¿Los residentes se ven felices, relajados e involucrados en actividades? ¿Están los residentes limpios, vestidos adecuadamente y bien arreglados?
Pida si disponen de un «horario de vida” del residente para conocer cómo sería el día a día de su familiar en esa residencia.
Pregúntese: ¿Es la instalación relativamente tranquila, bien iluminada y agradable para estar? ¿Existen recorridos bien planificados para interiores y exteriores para que los residentes puedan caminar? Las personas con demencia les gusta andar, revise que tenga sitios para hacerlo. ¿Hay elementos familiares, como muebles para el hogar? ¿Dispone de jardín para pasear? ¿Puede personalizar su habitación?
POLITICAS DE VISITAS
Asegúrese de que la residencia esté lo suficientemente cerca para que los miembros de la familia puedan visitarla regularmente. Confirme los horarios de visita de la residencia y compruebe si el residente puede tener privacidad con los visitantes. ¿Hay áreas tranquilas donde los residentes puedan charlar con familiares y amigos?
CERTIFICACIONES E INSPECCIONES EN REGLA
Asegúrese de que la residencia de mayores cumple con los requisitos básicos de seguridad. Compruebe si le muestran el Reglamento de régimen interior para que pueda conocerlo, sin que usted tenga que pedirlo y también pregunte si esta disponible al público la última inspección de sanidad y de servicios sociales.
COMIDAS Y ACTIVIDADES
Compruebe si la comida es saludable y adecuada para personas mayores. ¿Pueden los residentes elegir sus comidas? ¿En casos de disfagia, ofrecen la posibilidad de menús texturizados? ¿Ayuda el personal a los residentes a comer y beber si es necesario? Averigüe qué servicios y actividades están incluidos en la tarifa: por ejemplo, ¿entra la rehabilitación en la tarifa mensual? Y otros servicios como peluquería, podología, acompañamientos al médico, ¿están disponibles?, ¿qué costes adicionales tienen?
Además, asegúrese de que haya actividades sociales creativas además del ejercicio diario supervisado. ¿Hay áreas al aire libre o un jardín preparado para el uso de los residentes?
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